Construcción, progreso y destrucción

Pensar en construir una vivienda, edificio, centro comercial, puente o cualquier edificación que aporte infraestructura a las comunidades, significa para ellas dar un paso importante hacia el progreso; no obstante, pocos reparan que las consecuencias de ese avance significan un daño permanente al medioambiente.

 

Basta decir que el proceso de construcción y demolición es el sector que más volumen de residuos genera. Se estima que de la producción de 6.5 millones de toneladas de desechos, 11 % proviene de esas actividades, aunado a que aportan el 50 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, de acuerdo con la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi).

Los procesos tradicionales de construcción, evidenció, usan combustibles fósiles y una alta demanda energética, que son las principales fuentes de liberación de dióxido de carbono, lo que ocasiona una gran contaminación.

 

Las obras, por más pequeña o grandes que sean, siempre dejan sobrantes de material, que se traducen en desperdicios, basura y residuos tóxicos de todo tipo. Al respecto, la Conavi externó que es urgente impulsar la actividad de la construcción con criterios sustentables.

La intención, expuso, es recurrir a materiales con algún porcentaje de contenido reciclado, que no sea tóxico, y que cuenten con información sobre su ciclo de vida, además de estudios de su impacto ambiental.

 

Las afectaciones de las obras se desarrollan de principio a fin, ya que en su diseño, construcción, ubicación, uso, renovación o demolición, dejan una huella ecológica, según especialistas en medioambiente, quienes también señalaron que para combatir y prevenir la reducción del impacto ambiental es necesario controlar el consumo de los recursos y optar por el reciclaje, reducir las emisiones contaminantes y ejercer una correcta gestión de los residuos que se generan en el proceso constructivo.

 

Si consideramos que el planeta tiene una capacidad limitada para asimilar los contaminantes que genera nuestra sociedad, es necesario hacer una adecuada elección y un correcto uso de los materiales y dejar de pensar que estos, luego de su vida útil, son inofensivos si los tiramos en cualquier lugar.